¿Como vivimos? o mejor ¿Como sobrevivimos?, en nuestras ciudades, y en particular en la ciudad de México.
Tenemos tanto de donde sujetarnos, de tantos dioses que aveces me siento afortunado de vivir entre tantos dioses, cualquiera un buen día te puede sacar de apuros, uno nunca sabe, en las mañanas allá en Tepito, los cargadores, los ladrones de aceras, se persigan y piden frente a la santa muerte; miles piden a la Virgen desde cualquier altar, otros a Dios, otros al nuevo Dios; y cada 28 de cada mes a San Judas, y en fin hay mucho a quien pedir, incluso al San Jesús Malverde, o al mismo Diablo, en estas épocas nadie es tan malo ni tan bueno, y ya ni hablamos de amuletos, escapularios, hilos rojos, pulseras, collares de huesos, patas de toda clase de animales, en fin todo lo necesario para salir bien protegidos, acorazados, para salir a esta jungla se asfalto, para subir al microbus o camión que como siempre lleno esperamos primero que lleguemos en el viaje del microbus, camión o auto, pues al salir nadie ve a nadie, todos quieren pasar y nos embotellamos, la regla es que no hay reglas, y si las hay hay que violarlas al máximo. Se circula en sentido contrario, se cruza en rojo (eso si fijándose que no haya peligro), se es descortés con todo el mundo, que se sepa quien es el rey de la jungla.
Al llegar al metro, se ingresa como se pueda, nos empujamos, insultamos, los anuncios de seguridad solo son parafernalia del mobiliario, pero aunque se quiera cumplir con ellos, es demasiada la aglomeración de personas.
La idea de las bicicletas, es buena, lastima que pocos trabajan a menos de 10 KM de su casa, y si viajar en transporte publico es arriesgado, pues ya ni hablamos de viajar en la bici en las avenidas.
jueves, 24 de diciembre de 2009
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